lunes, 3 de enero de 2011

CUANDO ERA NUESTRO

Todas las obras han acabado, y a mi no me gusta cómo han quedado las calles. Están como todo el mundo esperaba que quedasen, con aceras limpias y brillantes, llenas de farolas que las bañan de luz…
Y ahora echo de menos el aspecto cochambroso que tenían las calles cuando todo estaba patas arriba –lleno de andamios y de obreros borrachos-, cuando todo era nuestro. Todos estábamos deseando que acabasen las obras, se comentaba en los bares, en las oficinas y hasta en los autobuses, pero ahora estas calles no son las mismas. Ya no son las nuestras.  

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