jueves, 19 de mayo de 2011

rafa y sus dos amigos


Salía del metro con bastante prisa por llegar a casa. Llevaba unos días algo ajetreado con todo aquello de reconstruir mi vida y demás historias. Estaba contento, nervioso, pero contento. Apenas había comido esa semana y me pasaba el día pegado a la máquina de café. Sin embargo no desistía, quería volver a hacerme un hueco en mi vida.

Aquel día había salido algo antes de la oficina. Estaba saboreando aquella hora extra de libertad mientras escuchaba un directo de los Smiths en mi iPod. No había pasado nada especial, pero tampoco había sido un mal día, no nos vamos a engañar. Al salir del metro coincidí con la salida de un colegio de primaria. Los tres chavales estaban al fondo de todo, como rezagados. Iban ataviados con camisetas de sus equipos favoritos empapadas en sudor. Se agarraban por los hombros a modo de exaltación de la amistad. Tendrían unos once años. Hablaban con sus graciosas vocecillas en tono MUY elevado. Decían nosequé de alguna jugada del partido y felicitaban al de en medio -que, por lo que oí, se llamaba Rafa- por el gran gol que les había dado la victoria.
Al verlos así no pude evitar sonreír. Me los imaginaba ahí, a los tres, a Rafa y sus dos amigos, diez años después... Igualmente cogidos por los hombros, igualmente con las camisetas de sus equipos favoritos sudadas... Hablando en todo MUY elevado en la calle a altas horas de la madrugada, borrachos como cubas intentando ligar con alguna chica más mayor que ellos.
Supongo que eso es en lo que se transforma la amistad: sigues agarrando a tus amigos por los hombros, sudando y berreando con ellos, sólo que al final los únicos goles que te importan son lo que metes tú en ese noble terreno de juego que es la cama.

lunes, 9 de mayo de 2011

EUROPA


En su día consiguieron encandilarme con sus rascacielos, sus coloridos envases y esos seductores nombres que hacen que todo suene bien. Su música, sus chicas tontas, su prepotencia... Supongo que me ponía saber que no tenían ni puta idea de situar mi país en un mapa. Supongo que parte de la culpa la tuvo la morena del Chuck E Cheese's... Nunca me han gustado los parques de atracciones, ni las emociones fuertes, ni las fotos ni nada de eso. Pero me creía feliz allí, en una aureola de falsa realización personal por comprar camisetas que nadie más tendría al regresar a casa...
Poco a poco me fui dando cuenta de que no me atraen las barras ni tampoco las estrellas. Bueno, sólo las amarillas a decir verdad... Y es que... ¿por qué soñar con algo tan superfluo cuando todo lo que queremos está aquí? En la vieja patria, donde hablamos idiomas y conocemos a los demás. Donde nos preocupamos. NOS PREOCUPAMOS.

feliz día de europa

miércoles, 4 de mayo de 2011

EL PRÍNCIPE

Carlos estaba sentado frente a la ventana, con los pies descalzos apoyados en el radiador apagado. Estaba observando detenidamente el collage que le había regalado su novia. Aquel día hacían un año, y ella había hablado con su madre para pedirle fotos de Carlos cuando era pequeño. Las había de todo tipo: en el parque de atracciones, en casa de sus tíos en el pueblo, en fiestas de cumpleaños... Carlos no pudo evitar sonreír al verlas. <<Es muy tierno todo esto>> se dijo, aunque en realidad no le importaba una mierda. De pronto vio una imagen que pasó a atraer toda su atención. Era una foto suya en el puerto. Carlos debía tener unos tres años cuando se la hicieron, y en ella se le podía observar con su gracioso pelo rubio a la taza y una chaqueta amarilla que era su favorita. A decir verdad, salía verdaderamente gracioso. Intentó recordar aquel día... Al principio le costó un poco, pero pronto recordó que fue tomada un día que habían ido al puerto a ver el barco nuevo de su tío. Su tío Alfredo era un hombre muy rico. Cada vez que se lo encontraba, éste entregaba a Carlos una moneda de quinientas pesetas. Era esa clase de tío. Era empresario o algo por el estilo. No se podía acordar del todo bien de aquel día en el barco. Recordaba vagamente cómo le había impresionado su tamaño y que, después, habían ido a dar una vuelta por la bahía. El resto de los recuerdos fueron meras especulaciones. En un momento dado, Carlos se pudo ver a sí mismo, el mismo día de la foto, rodeado de las mujeres que iban a bordo. Se vio siendo el centro de atención, el objeto de entretenimiento de aquellas señoras maquilladas que fumaban y reían mientras exclamaban cosas como <<¡qué monada de niño!>> o <<si hasta parece un chico mayor con su chaqueta amarilla...>>.
En ese instante le invadió la melancolía. Empezó a pensar que, una vez, había sido un niño muy mono al que todas las señoras de los barcos prestaban atención. Había sido un pequeño ser virginal, blanco y puro, de ojos graciosos y pelo a la taza. Su novia estaba a punto de regresar a la habitación. Se habían quedado los dos solos en la casa. Carlos Intentó contenerse y ocultar sus lágrimas, pero no pudo. Se sentía un príncipe, un pequeño príncipe del reino de la infancia que había cometido una horrible traición... ¿Quién se había creído él para convertirse en un tipo que se creía mayor por follarse a su novia de forma regular? Su mundo empezó a derrumbarse. Todo aquello en lo que creía carecía de sentido. Laura intentó calmarle, pero Carlos no era capaz de hablar. Sólo podía llorar y desear con todas sus fuerzas volver a aquel día, a aquel mundo inocente y virginal para quedarse para siempre en aquella foto. Deseaba más que nada en este mundo volver a ser el niño de aquella tarde en el barco. Lo deseaba más que todas las noches de sexo del mundo. Que todos los encuentros en baños y portales de su adolescencia. El niño de la chaqueta amarilla que tanto gustaba a las madres. Quería volver a sentirse príncipe.

lunes, 2 de mayo de 2011

BARACK OSAMA


no es verdad joder que no es verdad... no está muerto, sigue con sus varias esposas por ahí... vino para quedarse... la prensa nos miente, osama sigue en la casa blanca y obama vive en una jodida cueva-harén.