estoy escribiendo unas canciones, con letras en un tono muy existencialista (para mis lectores favoritos) y musicalmente espero que sea un punto intermedio entre el fatalmente denominado indie-pop español,y el buen folk de antaño, todo ello sabiamente aderezado con toques caribeños, pero claro, esto es lo que uno espera...
será un rollo mediterráneo, muy de ir en bici y eso... muy de barcelona.
sobra decir que será MUY TITO
lunes, 21 de febrero de 2011
sábado, 19 de febrero de 2011
JUAN CRUZ
Juan Cruz y yo habíamos pasado una tarde magnífica a las afueras de la ciudad. Me llevó a comer al bar más castizo de su barrio y, después de un par de güisquis nacionales, fuimos a buscar su coche. Juan tenía un Renault 19 que olía a una curiosa mezcla entre ambientador de pino y tabaco negro. El ambientador debía de llevar allí unos ocho años, pero Juan nunca se había molestado en cambiarlo. Después de encender un Ducados –ofreciéndome otro que rechacé- decidió que iríamos a la playa.
Estábamos en pleno mes de Febrero, pero a Juan aquello pareció importarle poco. Una vez allí, aparcó cerca del chiringuito. Sobra decir que éste estaba cerrado, pero igualmente cogimos unas viejas sillas de plástico descolorido –creo recordar que promocionaban un refresco de frutas- y nos sentamos a ver el mar. Al principio hablamos poco –Juan era un tipo parco en palabras- pero, al cabo de unos minutos, empezó a reflexionar en voz alta sobre cuestiones trascendentales de la existencia. Teorizó sobre las mujeres, los hombres, el implacable transcurrir del tiempo y, cómo no, sobre los viejos tiempos.
Lejos de preocuparme, comencé a pensar que aquello era mucho más propio de mí y, en cierto modo, cuando veía y escuchaba a Juan, pude verme a mí unos meses atrás. Las dudas comenzaban a asediarle, temía las consecuencias de cada paso que daba y, un rato después, me confesó lo mucho que echaba de menos a Paula y cómo no había podido olvidarla.
Yo preferí quedarme callado y esperar a que acabase. Quería absorber todas y cada una de sus palabras, como si fuese el punch que recibe los golpes del púgil justo antes de subir al ring. Quería darle un consejo válido, hacer que se sintiera mejor, ofrecerle un cigarro para después coger el coche de nuevo y llevarle a hacer algo que le aliviase.
Quería… Quería… Juan me dijo que se iba a mear, y yo –respetando ese código no escrito entre caballeros- opté por no acompañarle. Pasados unos minutos, al ver que no regresaba, decidí ir a buscarle.
No tardé en encontrarlo, estaba justo detrás de uno de los frigoríficos que guardan los helados. Estaba allí, tumbado en el suelo. Pensé que bromeaba. Me acerqué y estaba frío. No había restos de sangre. No había oído nada. En su rostro una expresión seria y fría. Temblaba mientras se agarraba el brazo, apretando su pulgar contra él. A su lado, una jeringuilla. No fui capaz de articular palabra. Él tampoco. Tuve que meterlo en el coche y llevarlo hasta su casa. No conocía a nadie de su familia, así que preferí dejarlo allí. Se quedó descansando en el parking. Aquel fue el viaje en coche más largo de mi vida con Juan Cruz.
lunes, 14 de febrero de 2011
ZORRA
<< ¿Qué pasa, ya no te acuerdas de mí? ¡Por Dios! eres la chica de aquella fiesta, la que se confundía con mi nombre y el de aquel imbécil que intentaba seducirte. Nos presentó un amigo, ¿no lo recuerdas? ¡Ah claro! Ahora sales con aquel capullo que se cree alguien… La cosa tiene tela porque aquella noche no dejaste de reír con las tonterías que decía con un par de copas de más… ¿Ni siquiera te acuerdas de cuando mandé callar a aquel tío que no paraba de comerte la oreja? ¿O de cuando me pediste que te acompañase al lavabo para que pudieras meterte un tiro a gusto lejos del sarasa de tu tío?
Joder si hasta teníamos nuestras propias bromitas privadas que tanto os gustan a las tías… Coño cada vez que nos veíamos por la fiesta hacíamos aquel gesto… ¿cómo era? ¡Ah sí! Así… ¿no lo recuerdas? ¡Si apenas habíamos bebido! Y ahora ni siquiera saludas cuando coincidimos en algún happening o exposición de fotos organizada por algún niño de papá con apellidos foráneos… Pensándolo bien creo que voy a por otra copa, si algún día te deja ese retrasado recuerda que en ese momento habrá dos tíos menos en este mundo con los que podrás echar un polvo. >>
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